Llega despacio, anunciándose con timidez adolescente. Sensaciones de intranquilidad no comprendida. Se detiene en la entrada y …luego se aleja, ….como si jugara, dando una sensación de seguridad para después volver a acercarse de nuevo.
Las ideas comienzan entremezclarse, la realidad se desvirtúa y el vacío comienza a dominar con su presencia. Me envuelve, siento que giro y giro, dando vueltas alrededor de mi misma perdiendo el control como derviche caído.
Fuera, la humedad se siente en la tierra. Los colores se oscurecen…. Las hojas y ramas de los olivos parecen que quieren competir por escapar del tronco. Los ocres de las arcillas reflejan las cepas de vid sin hojas. Julia deja de caminar...siente las gotas de agua resbalar por su cara. Nada puede hacer para detener la lluvia. Se sienta en la silla de plástico que esta al borde del camino esperando a que llegue ..
Despierto. La lucidez domina a los pensamientos confusos. Estoy exhausta. Siento que se va yendo, desapareciendo sin despedirse como si tuviera vergüenza. Tranquila me levanto y me dirijo hacia la ventana.
Charcos de agua se deslizan esquivando las cepas. Las gotas ya no golpean. Julia sigue inmóvil oliendo la arcilla empapada. Se levanta y despacio se acerca a la casa, dejando la ropa sobre la silla.
La veo caminar entre las vides con paso firme. Lo ha olvidado todo, el encierro durante años, el miedo y la parálisis del cuerpo ante el castigo .El murió hace 23 años y yo sigo atada a su recuerdo. Julia decidió irse y enfrentarse al exterior. Poco a poco sus músculos se fueron desentumeciendo y aprendió relacionarse con los demás.
Ella fuera, yo … dentro .. viviendo los días de otros , deseando que el olivar se transformara en páramo entrando y saliendo en cada tormenta..buscando el hilo dorado , Durante este tiempo solo me comunicaba con el exterior a través de la ventana.
Ella fuera, yo dentro…. Sintiendo a través del cristal, sin poder ver la totalidad del paisaje , imaginando que volaba sobre las vides yendo hasta el mar, para encontrarme con el príncipe soñado, queriendo que me rescatara pero cuando llegaba , me empujaba para que cayera al agua sonriendo amablemente mientras decía lo mucho que me quería.
Junto a la ventana la vida era el silencio, interrumpido a veces por el sonido del clarinete del abuelo que encontré en una funda de madera en el armario , tal y como lo dejo cuando se fue a Madrid quedando olvidada su vida en el pueblo junto a la banda, y las vides.
Aprendí a tocarlo sin saber música, solo soplando suavemente, deslizando los dedos haciendo sonar las notas, construyendo melodías inventadas. En esos momentos me sentía con fuerza para dejar la habitación, bajar las escaleras, empujar la puerta siempre entreabierta de la calle y salir fuera … pero cuando llegaba a las escaleras, el pánico paralizaba mis piernas y retrocedía de nuevo hacia la ventana ..sumando a la frustración , el sentimiento de culpa .
Un día, el viento abrió de golpe el balcón y sentí el frío en la cara. Me quedé quieta con los ojos cerrados sintiendo y oliendo la tierra. Se me ocurrió que quizá me sería más fácil salir afuera por la ventana directamente sin tener que pasar por la escalera y la puerta. Ate una cuerda ala barandilla y baje por ella. Cuando puse los pies en el suelo, senti un estallido y empecé a mirar a mi alrededor desde la realidad del suelo viendo otro paisaje diferente el que estaba acostumbrada a ver.
Comencé a correr por entre las vides hasta que llegue al camino .Fueron tres días de locura, descubriendo y viviendo cada paso como si la vida saliera a presión. Al cuarto llegó el cansancio y caí sobre la tierra. Al levantarme sentí el miedo en los huesos y decidí regresar a las melodías inventadas y a la vida mirada a través de la ventana. A partir de ese día, las tormentas comenzaron a ser constantes. Yo no dejaba de girar. Cuando paró el agua y se secó el barro pensé en Julia…. tenia que venir.. Necesitaba que me ayudara a salir
Julia regreso hace dos años con una maleta vacía... y dijo que se quedaría hasta que se llenara …... Entro sin llamar y se quedó esperando junto a al escalera. Desde la ventana en la habitación sentí su presencia. No pude bajar. Julia fue a la bodega y dejo la maleta cerrada en el suelo.
Poco a poco fui logrando superar el pánico, bajando los peldaños hasta conseguir llegar a la puerta entreabierta. Me acercaba a al bodega y con emoción miraba la maleta abriéndola un poquito para ver si se estaba llenando. A veces estaba horas observándola fijamente como si pensara que con desearlo entrarían los recuerdos, pero cuanto más la miraba, iba pesando menos. Deje de ir a la bodega, olvidándome de la maleta. Llegó el
Día que pude por fin salir por la puerta entreabierta y caminar por las vides , sintiendo y desentumeciéndome poco a poco..
Desde hace un mes no para la lluvia, estallando a veces enfurecida. Siento frío. Oigo que Julia sale y veo su sombra por la ventana. Me asomo al balcón. Julia coge una pala y se dirige al olivar. Bajo las escaleras y sin pensarlo voy a la bodega a por la maleta. Pesa tanto que tengo que arrastrarla hasta la puerta. Esta lloviendo con mucha fuerza .
Salgo fuera…mis pies descalzos se hunden en el barro mientras tiro de de la maleta por la tierra. Busco el olivo con el columpio dónde de pequeñas jugábamos a volar. Veo los restos de la cuerda colgando de una de las ramas. Debajo esta la zanja. Tiro la maleta dentro y me tumbo sobre ella mirando al cielo.
Julia se asoma y comienza a echar tierra sobre mí. Me va desapareciendo el rostro, y mis facciones se van dibujando en su cara a medida que dejo de sentir, y oler. Solo el silencio, la nada, la oscuridad., regreso a la vida. Julia se da la vuelta y deja la pala apoyada en el tronco. Siento de nuevo el aire, el agua. Voy caminando hacia las vides, y cuando llego a la silla de plástico, cojo la ropa. Mientras me visto echo una ultima mirada a la ventana.