Las historias mudas contadas por mi madre y mi abuela me acompañaron en mi infancia, El lenguaje de los signos no reflejaban la entonación ni la música de las palabras. Aprendí a comunicarme con ellos dibujando figuras en el aire. Me costaba tanto esfuerzo que solo pude conocer las historias escritas…. fuera de ellas, solo estaba el silencio, esa quietud mortecina que me abrumaba.
Ahora me gusta esa sensación. Con el tiempo he aprendido a incorporarlo a mi vida pero con ocho años me envolvía de tal forma que quería escapar ….
Recuerdo la tarde que me di cuenta que el silencio me acompañaría para siempre..
Era noviembre y los dias lluviosos transcurrían uno tras otro. Una tarde de tormenta la maestra nos sugirió que preparáramos para la siguiente clase historias habladas, de esas que no están en los libros, de las que no son iguales la segunda vez que las cuentan. Me acuerdo el terror que sentí . No sabia ninguna, solo conocía las que se podían leer.
Esa tarde cuando salí de clase fui a buscar a Regina ….seguro que la encontraría en el cerro con las ovejas. Regina congelaba los instantes de felicidad de las personas. Desde generaciones anteriores, todas las mujeres de la familia podían capturar momentos felices de los habitantes de Villardondiego . Cada persona a lo largo de su vida solo podía congelar un instante. Los mas ambiciosos no lo hacían nunca .Una vez capturado el momento, se congelaba y guardaba una caja que se enterraba bajo el pasto.
Los instantes congelados solo se podían pedir una sola vez para volver a sentirlos. Una vez abierta la caja, salía el instante, se vivía de nuevo y se desvanecía para desaparecer en el aire.
Cunado vi a Regina fui corriendo hacia ella .
-Necesito que me cuentes una historia
-No se ninguna..No conozco las historias que hay dentro de las cajas. No me pertenecen. Solo se pueden abrir si el propietario lo solicita…
-Pero ….y no hay ninguna que lleve tantos años enterrada que ya no pueda ser abierta? La gente se muere.. se va del pueblo.. pensé con la esperanza que pudiera haber alguna abandonada y así y tener algo que contar en el colegio.
Regina se dio la vuelta y se alejo caminando. Al rato regreso con una caja de madera. Toma, ábrela, es de tu abuelo. ………Me quede mirando la caja y temblándome las manos no lo pensé dos veces ..
La neblina cubre los troncos desnudos…, siento el viento helado, , Sobre la nieve la veo a mi abuela.. joven …. corriendo y girando su cabeza para mirarme .
…Se congela la imagen, se atenúa el brillo de los colores cuando caen ……
Me siento cerca de ella, me introduzco en su mundo de sonidos mudos, de palabras escondidas tras manos que desesperadas intentan ser entendidas.
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