miércoles, 22 de diciembre de 2010

LLUVIA


Lluvia. Sigue lloviendo con fuerza.

Corro para intentar seguirla. Arrastro la tristeza tanto tiempo que ya pesa. Pesa tanto que no puedo seguir a la lluvia.

Quiero desprenderme de ella.

Las máscaras se van cayendo sobre los charcos, una a una.
Quiero dejar de correr.

Paro sobre el asfalto y reconozco mi cara entre las gotas

martes, 23 de noviembre de 2010

LA PRIMERA VOCAL

(Para Aña y todas las "As"


La primera vocal.
La de la luna.
La de la ola y la marea.

La niña lista
peinada con flequillo y con trenza.
La niña mala.
La dona hermosa y fuerte,
La sensible y la tonta.
La inclinada a dejarse embaucar
por “oes” canallas.
La que no miente nunca,
la rebelde.

También la “a” de madre,
La de hermana y abuela.
La de hija, que abarca tanto
que da la vuelta al mar
y siempre vuelve.

La inmensa “a” de amiga,
la de la sal y el agua,
la del pan.

Y volando entre todas y en su origen
las “aes” de amor y tierra.

martes, 12 de octubre de 2010

Juan Rulfo lee "No oyes ladrar los perros"

A disfrutarlo y hasta mañana!

http://www.youtube.com/watch?v=cewv7qyUpsA

martes, 27 de julio de 2010

Biografías I

viernes, 28 de mayo de 2010

HAYKUS (O ALGO PARECIDO)


Flecha hacia el cielo
la primavera vuela
vencejo arriba.

La peonía
crece ajena al peligro
y a su belleza.

La noche llega
escondiendo en sus sombras
fuego y mentiras.

El árbol bajo el viento
barco sin mar
esperando el diluvio.

Los chopos en hilera
silencio vivo
catedrales frondosas.

Árbol dorado,
leña seca en la tarde.
Serenidad.

Cigüeña en vuelo
percha para colgar
la luz del día

En mitad de la tarde
lloramos lluvia
antes del arcoiris.

martes, 25 de mayo de 2010

Ofelia en primavera




viernes, 21 de mayo de 2010

ESTE VIERNES NOS INVITAN AL BUKOWSKI...

...y, muy exasperadamente, hemos aceptado.

Es para nosotros un gran placer formar parte de este emblemático lugar, punto de encuentro desde hace ya unos años de escritores, poetas, lectores y demás gente de mal vivir.

Viernes 21 de Mayo a las 21:30 H
Club BUKOWSKI
calle San Vicente Ferrer, 21 - MADRID

¡Nos gustará verte!


Recuerda que también puedes exasperarte con nosotros en Facebook:
http://tinyurl.com/33kj53b

jueves, 29 de abril de 2010

EXASPERADOS EN...


Mañana volvemos a exasperarnos. Si puedes esperar un día más para ir a ver Iron Man 2, aquí tienes un evento:

Viernes 30 de Abril a las 20:00 H
Librería ENCLAVE DE LIBROS
calle Relatores, 16 - MADRID


¡Nos gustará verte!

Síguenos en Facebook:
http://tinyurl.com/33kj53b

Y si te apetece, sigue exasperándote con nosotros en:
http://www.exasperados.blogspot.com/

¡Gracias por vuestro incondicional apoyo!

miércoles, 28 de abril de 2010

ME FUI

Me fui.
Me fui de la casa de mis padres
Me fui y salí al mundo.
Caminé por mesetas y desfiladeros
por planicies terribles donde tan sólo habitan
los huesos calcinados de los bueyes
Por desiertos oscuros
donde duele sentir.
(También por lunas frescas
con aroma a ajedrea)
Viaje por continentes que no están en los mapas.
Locamente, me vestí de locura.
Comí del pan amargo del olvido.
Quise morir tres veces
y en mitad de la última agonía
vi tu sonrisa
florecida de lluvia.



Paloma González Poza

LA CASA FAMILIAR


LA CASA FAMILIAR


Las cenizas del pasado crecen
y abrigan este espacio inventado
esta raíz mutante
que sostiene y a la vez destruye.
Esta gruta olorosa
a invierno y a membrillo.
Debajo de la cama habita el miedo
y espero, con ojos como agujas
el beso de mi madre
que apacigüe las sombras



II

Aquí cabemos todos,
en esta casa que es ceniza y ombligo,
pies contra pies,
abrigados al cálido brasero
de ese invierno mutante de la infancia.
Llovió durante años
y la madre se convirtió en raíz,
encandiló a los niños
cosiendo historias rotas en sus párpados.

miércoles, 14 de abril de 2010

Es para siempre


La boca absorbe el latido de los labios, el cuerpo se estremece. Ella le mira a los ojos por última vez, enormes las pupilas llenas de noche. Quiere que dure para siempre, pero tiene que irse. Aguanta la respiración, suelta su mano y dobla la esquina.

El taxista le pregunta si es agua o nieve lo que cae lentamente sobre el cristal. Ella imagina una estatua de hielo, los músculos fríos, en la esquina en la que tantas veces le dijo adiós. “Ésta es para siempre”, piensa, y con la manga del abrigo se limpia las manchas de sangre, aún caliente, de las manos.

viernes, 19 de marzo de 2010

Y entonces, apreté el botón.

Oí una vez que tan sólo un pequeño cambio en tu vida podía ser como abrir de par en par las puertas a la mismísima felicidad. Pero claro, cuando quieres darte cuenta de esto, se te ha ido la mitad del tiempo en otros asuntos. Ahora que todo en mi vida parecía no tener arreglo, vi perfectamente dónde estaba mi felicidad: Y es que siempre había necesitado una máquina como aquella.

El asiento no era demasiado cómodo. Había tenido que ocuparme de tantas cosas que volví a olvidar ese pequeño detalle. Por lo demás, todo estaba en su sitio. El espectacular cinturón de seguridad forrado en piel de vaca, aquella super-resistente pintura metalizada, a juego con el volante de acero cromado, y unas carísimas luces tipo LED que respondían perfectamente a toda la información que llegaba desde el alucinante cuadro de mandos chapado en platino. Había empleado bien cada minuto invertido y ahora no lamentaba que me hubieran largado del trabajo hace un mes y que mi mujer no me hiciera ya más caso que a un Madrid-Barça. Afuera, el tiempo libraba una feroz batalla con todos los demonios del universo y parecía lanzar brazos y piernas desmembrados contra la puerta cerrada del garaje. Una tormenta memorable. Era hora ya de probar aquel cacharro. Y entonces, apreté el botón.

De no ser porque soltó la bolsa para darse el impulso necesario con la mano derecha y poder así saltar hasta el césped, me hubiera llevado por delante a María con el coche. No tuvieron mejor suerte esas naranjas que llevaba en su interior, que exprimieron hasta la última gota de su zumo bajo las ruedas de aquel trasto que acababa de comprar en el desguace de la esquina.

-¿Qué te parece? –dije orgulloso- ¡Funciona! –y echando un vistazo desde mi asiento de conductor al amasijo anaranjado que se acumulaba ahora en las ruedas- esto, con un par de retoquitos ahora que por fin tengo tiempo...

-Tiempo, tiempo… -María, retirándose unas molestas y pegajosas gotas de su cara, permanecía en el suelo, junto al camino de piedras que llevaba hasta el garaje- si no lo perdieras tanto en bobadas como esta, tendrías todo el tiempo del mundo.

-¿Estás bien? –grité decepcionado-. Sube. Vamos a meter todo esto dentro.

María ni siquiera hizo el intento de recoger sus bolsas. Ya no miraba cuando la vi cerrar de un portazo la puerta de la entrada.

-A ver cuando encuentras ya un puto trab… –me pareció oír esta vez.

Esperaba esa reacción, pero me extrañó ver las naranjas. Cogí el periódico del día que aún permanecía en mitad del jardín. ¿Qué demonios era una ciclogénesis explosiva? Entré en casa pensando en cómo explicarle a María todo lo que había sucedido, aunque no iba a ser fácil, teniendo en cuenta el histórico de los últimos días. Tenía claro que ella aún no entendía mi especial empeño en aquel coche. Y estaba claro que su primera experiencia no había sido lo que se dice una cordial bienvenida. Para ella, aquella maravillosa máquina no era más que un montón de chatarra que sumaba doble puntuación para su premio especial al marido menos marido del barrio. Pero ya tendría tiempo de manejar aquello, no sería la primera vez. Debía ocuparme ahora de algo más importante: lograr que aquella máquina funcionara correctamente de una vez por todas.

No resultó nada fácil decirle a María que la European Quantic TM prescindía de mis once devotos y leales años de servicio al frente de su proyecto más ambicioso. Un pequeño ajuste en la plantilla y un gran recorte en el presupuesto no parecían ser suficientes razones para lograr de ella un mínimo de empatía. Y no la culpaba. Quizá un profesor de instituto, o un cartero, o un abogado en su hogar habrían dispuesto del tiempo suficiente para ocuparse de sus fantásticos hijos, de sus entretenidísimos compromisos sociales o de sus cada vez más apagadas ganas de conocer Sidney. Era ya tarde para cambiar una desacertada colección de zapatos, bolsos y abrigos, comparable sólo a otra desacertada colección de ramos de flores y tarjetas de disculpa.

Poco productiva resultó ser la semana siguiente. María se la pasó encerrada en el cuarto sin parar de llorar y tuve que encargarme personalmente de obligarla a comer algo. No hablaba, no comía, pero me aseguré de que siempre tuviera cerca una botella de agua. Yo sabía que un ser humano puede sobrevivir casi un mes con un sólo vaso de agua al día. Y también sabía ya todo lo que tenía que hacer para solucionar todo este asunto, así que, una vez que toda aquella rutina fue haciéndose más soportable, empecé a poner en marcha cuanto tenía en la cabeza. Apenas me quedaban tres semanas, y era importante que todo funcionara a la perfección. Cualquier mínimo error provocaría de nuevo un cambio de consecuencias imprevistas.

Tres semanas después, todo estuvo listo. Afuera, el tiempo libraba una feroz batalla con todos los demonios del universo y parecía lanzar brazos y piernas desmembrados contra la puerta cerrada del garaje. Era hora ya de probar aquel cacharro. Y entonces, apreté el botón. Aquel cacharro comenzó a vibrar bajo mi asiento y el cuadro de mandos empezaba ya a escupir chispas justo donde una aguja marcaba las 13:30 del día 3 de mayo de 2009. Aquel día María, volvía a casa con una bolsa de fresas en la mano.

De no ser porque soltó la bolsa para darse el impulso necesario con la mano derecha y poder así saltar hasta el césped, me hubiera llevado por delante a María con el coche. No tuvieron mejor suerte esos limones que llevaba en su interior, que exprimieron hasta la última gota de su zumo bajo las ruedas de aquel trasto que acababa de comprar en el desguace de la esquina.

jueves, 18 de marzo de 2010

Motivos literarios en Segovia


jueves, 11 de marzo de 2010

Abriendo cajas

Todo cabe aquí dentro. Todo lo que recuerdo. Todo lo que intenté capturar y domesticar: mariposas, pajaritos, una abuela, gatos, chicos. Nadie tan fiel como los chicos, tan enjaulado como yo y mis animales. Yo, con mi cara de niña bonita en una casa de cuetro plantas. Yo en el cuarto del sótano haciendo las cosas que no se pueden decir. Haciendo cajas, abriendo cajas. Una vez, y otra. Y otra. Todo cabe en esa casa de cartón oscuro para mi, y cuando no quiero que nadie me mire me meto dentro de mi caja. Entorno los ojos. Y sonrío.


http://www.youtube.com/watch?v=Fbr3MDI1QLc

viernes, 19 de febrero de 2010

Cuestión de supervivencia.

Nos miramos a los ojos mientras come. Él, trata de llenar su estómago. Yo, de que no me lo vacíe. No es más que una cuestión de supervivencia. Nada fácil, por cierto, pienso al verle masticar mis tripas.

viernes, 8 de enero de 2010

INVISIBLES. I

Le oyó venir calle arriba. Canturreaba una salmodia incomprensible que le llevaba de un extremo a otro de la calzada. Los pocos peatones que se apresuraban a esa hora por las aceras, cerraban oídos y volvían la cabeza cuando estaban cerca de él. También la nariz. De sus ropas de color indescifrable, se desprendía todo el tufo de la miseria: una mezcla de orines, vino barato y soledad.Cuando estuvo a su altura, ella también intentó fingir que no le veía, distraer la mirada hacia el escaparate de telas que estaba a su derecha, pero antes de que pudiera hacerlo, unos ojos azules, con un brillo absurdo de alegría en la pupila se quedaron detenidos en los suyos. Una boca mellada le sonrió y con una voz tan rasposa como era de esperar le dijo: - ¡Puta vida, desde que vivo en la calle, me estoy volviendo invisible!

INSPIRACIÓN


Ella sale de casa con el bolso vacío. Apenas unas llaves, una hoja de papel, dos o tres sonrisas y una caja con lágrimas. Recorre la ciudad escudriñando los hospitales, las casas en ruinas, las esquinas donde las agujas buscan venas azules y papagayos muertos. Su botín es la ira y la desesperanza, se alimenta del frío y del olor a pena. Se esconde en los ojos de los amantes ciegos, en las bocas de las madres que vuelven una y otra vez a las puertas de los colegios vacíos, en los parques donde los toboganes se han manchado de sangre. Ella sale de casa con el bolso vacío, pero cuando regresa a su guarida húmeda, transporta una mochila oscura con olor a miseria. Se acurruca debajo de la escalera y con la paciencia de una larva hambrienta, va hilvanando palabras en relatos sin titulo, poemas escuálidos que hay que leer a la luz de los espejos rotos. Ella sale de casa con el bolso vacío.

viernes, 1 de enero de 2010

Frío

Atravieso el cristal,
diminutos trozos saltan y caen sobre el asfalto
mi sangre se vuele azulada,
deja de hervir, se congela con el frio

Los recojo y pego
con la lengua despacio moldeo formas que están en mi memoria
me corto los dedos y sangro

busco el reflejo pero el cristal es frio, no es sedoso
ya no es transparente
recojo los restos y los dejo en el armario
y olvido.