Te vi, hoy, justo hoy, en mi mundo blanco te vi, paseando por mi puente especial. Me quité la capucha para escuchar su silencio níveo, y de pronto, oí ruido a mi espalda.
Al principio me asusté, pero después vi que eras tú, con tu abrigo de cuello smoking, tu traje de chaqueta y zapatos de cordones como un inglés de la city; contrastaban con la expresión relajada de tu cara, y una bola de nieve en tu mano derecha. Me sonreíste, y si, entonces te vi, como el niño que recuerdo.
lunes, 12 de enero de 2009
Nevada
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