Querida carta:
No te imaginas cuánto te deseo, llevo esperándote desde la misma noche del 17 de diciembre, en que me prometieron que te recibiría. Promesa tácita, claro, pero el año pasado todos la recibimos. ¿Por qué no ibas a llegar este también?.
El año pasado te retrasaste, -si, ya se que no fue culpa tuya,- el cartero suplente de Navidades se despistó, pero la espera mereció la pena, y recibirte me ilusionó tantó que te reconozco que fue una de las emociones más inesperadas.Y este año, que te deseo aun más, que te busco, ya casi desesperanzadamente con mi mano derecha en el buzón, cada vez que paso por delante de él, a cualquier hora, cualquier dia, aunque no sea de reparto postal, por si llegas a través de una mano amiga, estoy a punto de querer olvidarte.
Olvidarte y no esperarte ya, porque esta espera me está dejando sin fuerzas para otras esperas más importantes en mi vida. Llega ya, y no me hagas sufrir más. Otra vez, no, por favor.
Tuya,
Fdo.: L.C
No te imaginas cuánto te deseo, llevo esperándote desde la misma noche del 17 de diciembre, en que me prometieron que te recibiría. Promesa tácita, claro, pero el año pasado todos la recibimos. ¿Por qué no ibas a llegar este también?.
El año pasado te retrasaste, -si, ya se que no fue culpa tuya,- el cartero suplente de Navidades se despistó, pero la espera mereció la pena, y recibirte me ilusionó tantó que te reconozco que fue una de las emociones más inesperadas.Y este año, que te deseo aun más, que te busco, ya casi desesperanzadamente con mi mano derecha en el buzón, cada vez que paso por delante de él, a cualquier hora, cualquier dia, aunque no sea de reparto postal, por si llegas a través de una mano amiga, estoy a punto de querer olvidarte.
Olvidarte y no esperarte ya, porque esta espera me está dejando sin fuerzas para otras esperas más importantes en mi vida. Llega ya, y no me hagas sufrir más. Otra vez, no, por favor.
Tuya,
Fdo.: L.C
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