domingo, 30 de marzo de 2008

y si????

Y.. si las 10 directrices tomadas en el Consenso de Washington que han marcado la evolución mundial en los últimos 15 años hubieran sido otras ???? ..

pfffffffffffffffffffffffffffffff………… menudo coñazo de y sii¡¡¡¡¡ se oye desde la mecedora que ha atravesado el océano….

Jjjjjjjjoorrrrrr( ronquido), desde el futón prestado

¿¿ no podrías escribir algo gracioso para variar??? …la hamaca recogida me mira con desesperación. .tenemos que aguantar cada truñooo¡¡¡¡

heyyyyy… que soy yo la que tengo que hacer los deberes … podríais aportar en vez de quedaros en la facilona y simple crítica .

Estamos ayudándote.. Socializando tu aprendizaje, .. se oye desde el original mueble de IKEA de CDs .Esmerate un poco más. Escribe una idiotez para variar

¿¿ que es eso del consenso de Washington?? Susurra el calcetín siempre caído del tendedero al la pelusa rodante con el talón compungido `pensando que es el único que no se entera . La pelusa le consuela.. no te apures no creo que lo sepa ni el cenicero de la escalera.. ….

Ya se¡¡¡ dice emocionada la columna .. no podrías escribir ¿¿ y si tuviéramos los ojos en el culo???.. Mira que eres idiota le dice la tarima flotante . AlMU y sus amigos ya tiene un ojo el culo . El futon prestado argumenta muy serio que ese ojo cree que no sirve para ver. Desde la cocina el tostador siempre con migas dice que es una forma metafórica de hablar eso del ojo en el culo y un poco grosera . La mecedora que ha atravesado el océano y la pelusa rodante se enzarzan en una discusión sobre si se puede aplicar una metáfora a esto del ojo del culo teniendo en cuenta que seria un ojo ciego…

Ya valeeee. Silencio¡¡ de acuerdo …. Vuelvo a formular el y si… ¿y si a los participantes del consenso de Washington se les fueran moviendo los ojos hacia el culo y el ojo del culo se moviera hacia la frente a medida que se van aprobando las directrices??

Pues les hubiera dado un infarto y suspenderían la reunión….. bosteza la bombilla fundida desde hace un año.

Menuda mierdaaa de y si … protesta el dominical del pais danzante.


Los cojines aplastados proponen constituir un comité propositivo sobre posibles temas Y si después de realizar un taller participativo y que se decida por consenso ..

El bafle derecho con un bramido argumenta que la participación bloquea el proceso de toma de decisiones.

A ver.. a ver.. a a ver..... ¿porque no hacemos una votación democrática sobre la propuesta de el desplazamiento de los ojos hacia el culo??? Dice la mecedora que ha atravesado el océano triunfante con su ocurrencia.

Por votación o por consenso???? Pregunta el exprimidor que no consigue recuperar su blanco inicial. Porque no es lo mismo

Estoy HARTA DE VOSOTROS. No sois vosotros los que tenéis que escribir ni pensar en el relato

A mi sinceramente lo de los ojos en el culo me parece una muy buena idea afirma la pelusa rodante.

Casi abrazo a la pelusa al oirla y pienso que debo dejar descansar a la escoba maldita una semana mas en el armario.

El polvo que nunca se ve dice que está de acuerdo con la pelusa rodante

Estáis todos de acuerdo??? Puedo continuar????

Pero si no ha empezado …murmulla el futon prestado… sii sii continua con el apasionante relato decidido democráticamente por todos de este Y si.

Bien…. Los mandatarios entran en la sala de reuniones. Hay un representante del BM , otro del FMI, otro del BID, dos representante del Gobierno de EEUU …….y se dirigen hacia las sillas que rodean la mesa ovalada . Comienzan a discutir la directriz de la disminución del Gasto público en Educación y salud como base de las reformas estructurales de los países a los que se hagan prestamos y para medir parámetros de crecimiento y desarrollo del PIB. No hay mucha discusión y están todos de Acuerdo.

A medida que van asistiendo con la cabeza van notando que algo raro ocurre. Sienten una molestia en el culo que les hace agitarse en sus sillas y una picazón en la frente mientras que dejan de verse los unos a los otros poco a poco a medida que miran como un ojo arrastra al otro por la cara .. bajando por la corbata hasta la cintura en donde giran . En ese momento pierden la visión panorámica de la bonita pared trasera y descubren el mundo interior de los calzoncillos El viaje de los ojos sigue su itinerario hasta su destino final. De golpe todos se levantan de la silla. Deciden no perder la calma .. la economía mundial esta en juego ….Sigamos, propone El BM. Pongamos los papeles sobre la silla y nos mantenemos de pie culo con culo con la nariz hacia la pared entendido???Todos entienden que es la mejor solución aunque se dan cuenta que se tiene que quitar los pantalones para poder verse . Comienzan a tratar la siguiente directriz..La privatización de los servicios públicos ….


Un poco rollo no???? Bosteza el calcetín caído del tendedero.. ¿¿ no habíamos quedado que hacíamos una votación???

Que no te enteras….. refunfuña el futon prestado…. Que se ha decidió por consenso..

Si,siii claro consenso entre Almu, el polvo que nunca se ve y la pelusa rodante…dice irónicamente el mueble original de IKea de Cds.

Aquí hay un claro ejemplo de coacción indirecta en el cual yo seria el brazo ejecutor dice la escoba maldita


OMMMMM…. Rebelión en el Limón ¡¡ siii ..nooo….sometamos el culo a votación¡¡¡


YA no os aguanto masssss¡¡¡¡ . Votar si o no a algo es reducir mucho el problema . A medida que se vote, que se haga una propuesta alternativa y quien no de propuesta, que no vote digo fulminando a todos con la mirada

Y ….. si esto pasara.. lo del culo digo, de repente dice el tostador lleno de migas ..el mundo seria mejor???

Es verdad dicen los cojines aplastados .Nos has dejado sin saber que hubiera ocurrido¡¡¡ siiiiii que pasa luego????? Dicen a coro el exprimidor que ha perdido su blanco inicial y el pais dominical danzante…

Me aburrís completamente…Pero no queríais votar ¿? Suplico desesperada..

NOoooooooo se oye en todo el limon

Votemos luego propone la mecedora que ha atravesado el océano. Primero terminas las historia del culo y los ojos y luego votamos sin nos gusta o…, no

¿¿¿ no podrían tener los ojos en los pies???? Propone la bombilla fundida desde hace un año…

Me va a dar algooooo . digo .


Lo que ocurriría es que el mundo seria mas equitativo habría menos injusticia social

Anda… entonces yo no existiría.. dice con pucheros el mueble original de Cds ikea …. Ni tu tampoco… le dice al futon prestado…A nosotros nos han fabricado en una maquila,

Si existirías…..les tranquiliza la mecedora que ha atravesado el océano.. serias fabricado en otras condiciones que las actuales . mas favorables para los trabajadores que os fabrican y a los productores de la materia prima . ya que el beneficio se reparte …

No se….. no seriamos tan estardar ¡ tendríamos otra personalidad¡¡¡¡perderíamos nuestro yooo¡¡¡

El polvo que nunca se ve y la pelusa rodante se miran preocupados … y ese mundo maravilloso estaría siempre limpio ¿???.... porque si va a ser limpio entonces nosotros votamos no a lo del culo. Dice la pelusa …El futon prestado y el mueble original de CDs de IKea asienten y apoyan a la pelusa .El exprimidor que perdió su blanco inicial , el tostador lleno de migas, la tarima flotante, la bombilla fundida desde hace un año , el bafle derecho y , la escoba maldita deciden después de reunirse detrás de la columna que también votan no .

Almuuuuu hemos decidido que no, que no nos gusta este Y SI i. y que tienes que escribir otro..

Y si os convirtierais todos en objetos no pensantes , inanimados que vuestra unica utilidad sea la funcionalidad o el adorno ¿???

Suspense....la huida

Date prisa tenemos que irnos. Jaime intentaba no gritar y mantener la calma. Entendía como se sentía ella. No cojas ninguna bolsa.

No hemos comprobado si están cerradas las ventanas. En dos semanas comenzaran las lluvias … Ana, apesadumbrada,,,,,,,apenas podía reaccionar.

El claxon sonó con insistencia. Jaime cogió su brazo y con suavidad firme, fue llevándola hasta dentro del coche…Ana no vamos a volver. Tenemos tan solo veinte minutos para llegar al aeropuerto, eso si conseguimos pasar los controles del ejercito

Lorenzo conducía sorteando la multitud de personas que desorientadas corrían por la calle de un lado a otro cargadas con bultos y bolsas y a decenas de coches que iban sin control intentando llegar a alguna parte.

Hemos vivido aquí 17 años .No puedo creer que nos vayamos de esta manera… . .. Cierran la frontera Ana. Este avión es nuestra última oportunidad de salir de aquí.

Lorenzo con la cabeza casi fuera de la ventanilla gritaba a la gente que se apartara y despejaran el camino pero no podía ir mas rápido. Jaime no podía dejar de mirar el reloj con desesperación.

Cómo conseguiste los billetes? Pagando por ellos…¿ Cómo? Que estas diciendo??? Habíamos decidido no entrar nunca en este juego …Sabes que es la única manera de acabar con la corrupción. No me lo puedo creer.. .. Pagando para huir…. Has pensado dónde vamos a vivir y lo vamos a hacer?

-Si nos quedamos lo mas seguro es que nos arresten. Nuestra vida esta por encima del soborno.

Ahh este es nuestro precio… . Acaso es mas legitimo que otro?

Jaime, han cortado el acceso al aeropuerto por la nacional tendremos que desviarnos por la suburbana pero hay un control a un kilometro .. es la única opción para llegar pero solo tenemos 10 minutos .

No se si quiero irme…Creo que prefiero seguir aquí . son casi veinte años… me siento una cobarde … .. huyendo como blanco con billete de ida y vuelta

Las luces de la barrera estaban ya a 100 metros . Jaime saco un frasco del bolsillo de su chaqueta y vertió su contenido sobre la falda y las piernas de Ana . Se quedo mirándola …… Si perdemos este avión lo mas seguro es que nos maten....

Identifíquense por favor. Lorenzo saco los documentos. Necesitamos con urgencia un medico, le dijo al soldado haciendo una seña hacia la parte de atrás del coche. La mujer se desangra, esta embarazada de dos meses, , necesitamos llegar al hospital Militar .

El soldado les miro y en silencio reviso la documentación de los tres . Se quedo con el sobre y al devolverles los pasaportes hizo un gesto con la cabeza para que continuaran

Esto es lo más asqueroso que hemos hecho nunca. De donde has sacado esta sangre..

Yo no me voy a ir

Es de una gallina. Haz lo que quieras

Lorenzo se salio de la pista por un camino de tierra para llegar al desvío de la suburbana Se incorporaron en esta derrapando al girar. . A lo lejos se veía el edificio del aeropuerto. Había un montón coches parados que taponaban la carretera y cientos de personas se abalanzaban sobre la verja queriendo entrar en la Terminal de salida

Lorenzo los vio salir del coche y dirigirse corriendo hacia la entrada. Se despidieron con la mirada. Llevaban juntos desde que llegaron .A mitad del camino ..Ana miro hacia atrás.

no lugar.. no tiempo

Me siento pájaro

las ramas vacías del invierno me acogen

me transformé ave para no hablar….

para no vivir los silencios que me parten y diluyen


Silencios agonizantes….

silencios que reconfortan

Me siento pájaro

solitario y sin rumbo

viviendo la espera

Aprendí a hablar, aprendí a no decir

me dejo llevar por las corrientes

buscando cómo recuperar las palabras perdidas.


Compongo frases que voy guardando

olvido el polvo y reconstruyo mi boca

mientras, la soledad transcurre sin prisa

Personaje. Andrea

Mientas esperaba su llegada me puse a poner en orden mis notas. Poco sabia de ella, Solo me había dicho por teléfono que era periodista, que había oído hablar de la investigación que estaba llevando a cabo y que si por favor le podía conceder un par de horas para que charláramos. Estaba a punto de darle una excusa para librarme de ella cuando me dijo que buscaba a Andrea Romera la escritora. Le dije que podíamos vernos al día siguiente en el antiguo café comercial

Ya estaba a punto de irme cuando vi que una mujer de unos cincuenta años de pelo corto color caoba con un abrigo abrochado con prisa se dirigía a mi mesa. Se disculpó por llegar tarde y me dijo que aunque no era su nombre, podría llamarla Susana, esa tarde. Le habían encargado que hiciera un reportaje sobre Andrea Romera en el año del centenario de su nacimiento. Había comenzado a escribir su biografía conocida por todos como figura relevante en el mundo de la medicina, pensando que no tendría mucho que aportar su trabajo. En la fundación que lleva su nombre estaba toda su vida profesional, premios, publicaciones y ensayos. Había intentado centrarse en Andrea de joven y en su vocación de escritora pero no había podido encontrar nada

Le pregunté si conocía a Los exasperados. Solo a través de ellos podría averiguar más. Me miró con desconcierto. Le conté lo que sabia.

La primera vez que oí hablar de Los Exasperados fue hace un año, mientras llevaba a cabo una investigación sobre los movimientos literarios de principios del siglo XXI. Era la época en la que la globalizaron cultural se extendía por todos los continentes y en la literatura se observaba un cierto vacío de ideas. Existían sin embargo fuera de los circuitos de las publicaciones mas leídas en papel una serie de grupos que querían estar fuera de esta universalización en la forma de escribir y buscaban otra literatura. Después de unos meses de lectura no encontré nada que mereciera mucho la pena y decidí abandonar la investigación.

En esos días, me invitaron a la universidad de Buenos Aires a dar una charla sobre la comparativa entre estos movimientos en Europa con los que surgieron en la misma época en América latina. Un hombre después de la conferencia se acercó y me dio un paquete. Se alejo sin dejarme apenas hablar con el. Dentro del paquete había una copia de un estudio sobre Becket firmado por Andrea Romera de febrero de 2008, varios textos suyos y de otras personas desconocidas para mi , así como un artículo escrito en junio de 2008 por Villa Matas, en el cual mencionaba el decálogo de Los exasperados en la creatividad de la nueva literatura. A partir de ese día centre mi estudio en este grupo.

Susana me miraba... algo en su cara me hizo dudar si realmente no sabia nada como pretendía aparentar. Decidí continuar de todas maneras

Los Exasperados eran un grupo de jóvenes que querían romper con la tradicionalidad en la forma de escribir. En un inicio lo constituyeron ocho escritores y un año más tarde el grupo se amplio. Andrea, la más joven de todos, fue sin lugar a dudas una de las que lideró la constitución y cohesión del grupo desde su inicio .En esa época Andrea empezó a trabajar como médica y se matriculó en la universidad para realizar una maestría sobre Literatura Comparada: Retrospectiva y Análisis. Tenía una gran capacidad para llevar acabo multitud de actividades paralelas.

Lo que no esta muy claro es como se conocieron. Parece ser que fue en julio de 2006 durante un seminario que impartía la poeta Graciela Baquero en la antigua Residencia de Estudiantes sobre “Creatividad en la Escritura: De la normalización al Vanguardismo”. Allí se encontraron por primera vez Andrea, Cristin, Pablo y Almudena

En octubre de ese mismo año, en un ciclo de conferencias que Graciela estaba dando en el Circulo literario Bukosky coincidieron de nuevo los cuatro y conocieron al resto de los que un mes mas tarde conformarían el grupo: Pancheva, Paloma, Alberto y Eduardo Waisman. Por Eduardo, Andrea procesaba una gran admiración. Argentino, y mas mayor que el resto, llevaba muchos años escribiendo y viajando por el mundo.

Decidieron juntarse todas las semanas con la idea de leer sus escritos intentando hacer cosas diferentes cada vez. Colgaron sus textos en lo que en esa época se llamaba blogg y se pusieron como nombre Los exasperados. El grupo quería recuperar las tertulias de la generación del 27 de principios del siglo XX. Constituían un grupo bastante cerrado a que otros participaran en sus reuniones ya que según ellos si se abrían llegarían a imponerse ideas ajenas y es justo lo que intentaban evitar. Eran bastante anárquicos sobre los temas que escribían haciendo básicamente lo que les daba la gana. Andrea fue sin lugar a dudas la que mas impulso la critica literaria y el análisis de los textos dentro de Exasperados con el apasionamiento que le caracterizaba.

Se reunían los miércoles en un bar de la calle San Bernardo de Madrid. Comenzaban a las ocho de la tarde y terminaban a veces rondando las cuatro de la mañana según la semana. Andrea se solía ir antes que los demás. Acababa de empezar a trabajar, era por tanto solo un R1 y tenia bastantes guardias

Al año el grupo se amplió con cinco miembros que serian ya los últimos en incorporarse. Andrea desde el inicio apoyo esta apertura. Su sociabilidad hizo de enlace y facilitó la integración.

Parece ser que en junio de 2008 el escritor Villa Matas, entro una noche en el bar en donde se reunían para buscar cambio para un parkímetro de los de esa época y mientras esperaba en la barra se fijó en un grupo que estaba sentado en una mesa cercana .Vio a una joven de pelo largo morena que sentada encima de una mesa leía maravillosamente un relato sobre un socavón en un salón que cada día iba haciéndose mas grande hasta el punto de aislar a las personas que vivían dentro de la casa. Después de leer el relato observó asombrado como el resto del grupo se lanzaba a desmembrarlo con críticas y risas... Hasta tal punto llegó su asombro que decidió sentarse a escuchar. Le dijeron que no podía hacer eso a no ser que leyera algo suyo. Que tenían un decálogo que no lo permitía Juanito uno de los jóvenes ampliados admirador de Villa Matas puso un grito en el cielo y dijo que por favor se hiciera una excepción. Andrea intercedió por él ante el resto y le dejaron quedarse solo con la condición de que si no leía, que por lo menos se emborrachara y acabara con ellos la noche borracho, enamorado y solo. Villa Matas parece ser que accedió aunque no sabemos si llego a cumplir las tres condiciones.

El decálogo... que no eran diez reglas y Andrea siempre defendió que era perfecto que no tuviera diez consistía en:

-Elegir un autor cada tres meses y leer toda su obra hasta terminar odiándole

-Adorar a Graciela como musa de los exasperados

-Realizar un análisis crítico de cada texto

-Escribir lo que a cada uno le diera la real gana

-Leer absolutamente todo lo que caiga en las manos de cada uno

-No dejar que ninguna persona ajena al grupo participara en las lecturas

-Prescindir completamente de cualquier tipo de teoría literaria

-Eliminar de Boris Vian, el adjetivo de escritor. Ante esta propuesta de Andrea, Crsitrin y Almudena se negaron en rotundo. …..No se sabe como acabo el debate

¿Que paso con ellos?

Desaparecieron de repente. A raíz del artículo de Villa Matas. Empezaron a llegar muchos curiosos al bar que pedían participar en las lecturas y pertenecer al grupo. Otros simplemente solo querían escuchar. Llegó un miércoles un periodista que les quería filmar., Parece ser que le llenaron la cámara de lacón después de decirle varias veces que les dejaran en paz. . Empezaron a sentirse agobiados. No querían cambiar de bar. y aunque quedaban otros días y a distintas horas pronto vieron que ya no era lo mismo, Empezaron a formarse en otros lugares tertulias similares pero con el fin de dar a conocer los escritos .Los exasperados reclamaban su intimidad y veían que estos nuevos grupos habían perdido según ellos el espíritu de creación literaria .

Decidieron no publicar nada y mantenerse solo en un efímero movimiento. Eliminaron sus referencias en la Web.

Susana me miro y saco de su bolsa un paquete. Me lo dio. Era una copia de “Retrato al otro lado de la mesa”, firmado por Andrea Romera en febrero de 2008 sobre la figura de Eduardo Waisman enviado desde Buenos Aires , y una foto de un grupo de jóvenes en un bar de principios de siglo junto a unos jamones colgando .

EL JUEGO

Miré con cansancio a los tres hombres que nos apuntaban con las armas. El mas joven jugaba con ella como si fuera parte de su brazo. No podía creer que nos encontráramos en esta situación después de haber estado bebiendo cervezas durante dos horas en el bar del hotel. Se suponía que nada podía ocurrir, que todo estaba controlado.

Había llegado a Jafna , al norte de Sri Lanka por carretera el día anterior para una misión con UNICEF en pleno proceso de paz tras el alto el fuego firmado por el gobierno de Colombo y el ejercito tamil .Pero las negociaciones estaban bloqueadas desde hace un par de días por la matanza de cinco soldados tamiles por parte del ejercito cingales rompiendo todo pronostico de seguridad para mi viaje.

La conversación agradable sostenida una hora antes había dado paso al silencio, a la incertidumbre al ver entrar en el bar un grupo de soldados que fueron ocupando las salidas y ventanas del salon, rodeando tres de ellos nuestra mesa. La mesa de las misiones internacionales. Observé al resto de mis compañeros de mesa .Las botellas de cerveza sujetaban los pasaportes abiertos por la hoja del visado de cada uno . Tres noruegos de la Misión de Supervisión del alto el fuego, dos jóvenes francesas de cruz roja, un kosovar del ACNUR, y una mujer de Amnistía. A quien de nosotros le tocaría?

Las miradas de cada uno se iban posando durante leves segundos en las de los demás, miradas expectantes al curso del juego… impasibles, acostumbradas a ocultar el miedo . Los tres soldados tamiles nos miraban en silencio, dando vueltas a la mesa por fuera como espectadores de la partida dejando tiempo para las apuestas ………

Los noruegos no serían.., estaban negociando con el gobierno sus intereses…, la mujer de Amnistía.. tampoco, habría demasiado rechazo Las jóvenes de cruz roja no importaban a casi nadie, y yo, un madrileño mercenario que tanto podía trabajar en un programa de apoyo a la reinserción de niños soldado, como podía quitar minas si me pagaban bien no era de mucho interés .Aposte por el kosovar del ACNUR, que miraba impasible hacia la puerta para no fijar su vista en ninguno, para no recordar……. Los fusiles vigilaban nuestros brazos apoyados sobre las cabezas mientras su caminar pausado marcaba el ritmo del giro, hasta que poco a poco se fuera parando sobre uno de nosotros

Se oyó un sonido seco , Se acabo la partida.

Nos sacaron de Jafna al dia siguiente.¿ Hasta cuando podré seguir jugando ?

viernes, 14 de marzo de 2008

Auguste, eres un imbécil.

Donde se cuenta, en pasado, presente y futuro cómo Auguste Denatrier se percató de aquella gran tubería en Ciudad Capital y decide atravesarla, provocando una serie de acontecimientos que cambiará sustancialmente su vida, para siempre.

No tendré dinero ni ropa y, a juzgar por lo que mis ojos alcanzarán a ver, ni siquiera a nadie en al menos setecientos metros a la redonda de aquel cerro abandonado. Por no tener, no tendré ni puta idea de dónde voy a encontrarme. Sólo un tremendo dolor de cabeza y un bulto del tamaño de Arizona justo en medio de la frente. Lo único que podré hacer será intentar recordar cómo demonios habré llegado hasta allí… y buscar unos puñeteros pantalones.

-Maldita tubería –será lo primero que diré-. Auguste, eres un imbécil –lo segundo.

Aquel que miraba con los ojos de la prisa, tan solo dejaba a su paso una enorme estructura cilíndrica de hormigón incrustada en aquel edificio. Pero aquellos que aún conservan el tiempo incluso para recordar, hablan de un portal que invitaba a descorrer su telón de sombras y entrar a descubrir qué se escondía tras el umbral desconcertante de aquella nada. La experiencia, comentan estos audaces, aunque en un principio pudiera resultar excéntrica, transcendía más allá del simple atrevimiento y, supongo que, por aquello de lo desconocido, el intento se hacía menos osado, quizá más soportable. En cualquier caso, irrepetible.

Y es que calificar de osadía el simple hecho de pararse a mirar aquella instalación no era algo exagerado en una ciudad empeñada, con su ritmo, en que las cosas pasasen desapercibidas. Cualquiera que hubiera estado en aquella metrópoli podía contarte que cada uno de los elementos que la formaban parecía estar disparatadamente ordenado en el lugar que le correspondía. Todo, absolutamente todo, ofrecía la inequívoca sensación de gozar de un lugar inalterable, permitiendo a sus habitantes, que se contaban por miles, ignorar su magnifico aspecto y activar su bullicio de forma acelerada, como asumiendo que vivir era formar parte de un caótico plan preestablecido. Ni siquiera la permanente y masiva llegada de gentes procedentes de todo el planeta la alteraba lo más mínimo. Ciudad Capital obsequiaba a cada nuevo visitante con la creencia de haber estado allí antes y la inmediata tranquilidad de una integración precipitada. Nadie esperaba más de sus vidas que resolver el paso siguiente.

Nadie excepto yo, aquel de la mesa número diecinueve de mi querido “Petit Bistró” que, bendecido con la maldición del pensamiento pausado en esta alocada ciudad estoy condenado a la soledad durante casi todo el día. Sólo me queda observarlos a todos tratando de buscar un sentido correcto a este desorden implacable; más bien luchando por no contagiarme de un caos inevitable. Porque a mí, esta ciudad me parece cada vez más aburrida, e incluso parado esta mañana frente al espejo del baño he notado esa mirada dolorida del que comienza a asumir que no entiende nada. Si no fuera por esos momentos en que me permito observar…

Mi vida no es gran cosa. Tengo una casa decente, una vida hecha a mi mismo y según los pocos amigos a los que me da tiempo a ver, un gusto desafinado e inoportuno para las mujeres. Me dedico a vender enciclopedias baratas de casa en casa. No me da mucho dinero pero es mejor que pasarme el día entero en casa viendo páginas guarras por Internet. El negocio es de Gerome, un viejo compañero de colegio que ha logrado hacerse con una pequeña fortuna gracias a todo ese rollo enciclopédico. Gerome me llamó un día y me dijo que necesitaba salir de casa. Yo le dije que lo que necesitaba era una mujer.

-Le veo nervioso, Auguste, ¿quiere que le traiga la cuenta?

Quien ha interrumpido este breve repaso por mi vida es Ángel, camarero y detector infalible de inquietudes. Aunque soy persona que prefiere analizar calmadamente las cosas antes que acelerarme de forma precipitada, lo cierto es que hoy algo me tiene bien intranquilo. No puedo esconder la impaciencia por salir de este lugar. Y es que no hace ni cuatro horas que la he visto, y el hecho mismo ya me tiene loco desde entonces.

No era fácil acceder hasta allí y, verdaderamente, hacía falta algo más que curiosidad para lograr encontrárselo. Por eso a Auguste, en ese empeño por fingir, como siempre, saber hacia donde iba, no le costó mucho dejarse arrastrar por aquel culillo respingón, que se le cruzó de pronto como si quisiera hablarle, hasta un callejón a dos manzanas de allí. Ni el culillo ni su dueña pronunciaron palabra alguna y, para mantener ese “como-si-quisiera”, Auguste se escondió tras un contenedor de basura, por eso, la chica no pudo verle cuando miró hacia atrás justo antes de entrar en aquel gran agujero negro que, al final del callejón, desafiaba con su enorme grito silencioso la inscripción de “no hay salida”. Y esto es todo lo que él sabía.

Lo que aún no sabe Auguste, todavía en el Bistró, es que volverá al callejón por donde vio desaparecer a aquella chica y, estampada en la pared, la verá otra vez: esa enorme tubería. Y con la confianza que le dará el saber que no va a entender más aquí fuera que allí dentro, entrará. Una vez cruzada la primera oscuridad, aquella cavidad parecerá querer coger los colores contrarios de los del exterior, le estampará su olor a rata muerta y tirando la vista hacia el fondo, como un viejo trasto abandonado, una luz será, porque mirándola bien, suponer que estará desencadenará sencillamente, en la cabeza de cualquiera que lo haga, un hipérbaton.

Esa luz me tensa los brazos, convierte mi respiración en algo más profundo y me transforma por entero en algo parecido a un nervio. En este punto, la curiosidad se me excita tanto que vuelvo a sentir ese efecto “como-si-quisiera”. Siempre supe que aquella ciudad recompensaría algún día mis cuidadas observaciones. Cómo no premiar a quién agradece un ser más allá de un estar. Y siento que aquella ciudad es como una madre orgullosa descubriendo que su hijo es quién siempre ha deseado.

Al llegar a aquella luz, podrá ver cómo, y esto sólo durará un instante, dos hombres y una mujer se le acercarán a recibirle con un golpe en la cabeza.

Auguste nota como el golpe le muestra una multitud de percepciones distintas. Una fascinante sensación de sentir mezclarse pasado, presente y futuro e incluso un ir y venir de sí mismo. Cuando despierta, no tiene dinero, ni ropa y ni puta idea de donde se encuentra. “Maldita tubería” es lo primero que dice. “Auguste, eres un imbécil”, lo segundo.

Todavía Auguste recuerda aquel lugar. Cuando esto sucede, inmediatamente acelera su ritmo y procura no pararse a pensar en ello. Porque, en esta ciudad, aunque las cosas siguen marchando como pueden y les dejan, Auguste necesita llevar una vida apresurada y a su curiosidad arruinada, le es imposible ya caminar derecha. Ahora todo le es más previsible, tal vez por eso, menos fascinante.

jueves, 13 de marzo de 2008

La mano.

Agarro su mano. La agarro fuerte. Y, al igual que sus ojos, su mano no me suelta. Le he hecho una promesa, una más, pero creo que ésta última no voy a poder cumplirla.

Separó su brazo del mío para llamar con él al camarero. Había prometido quedarme con ella si me invitaba a una copa, y ella prometió decirme su nombre si yo no hacía más preguntas. Las chicas que prometen cosas no son de fiar, cariño. Y el camarero que llegaba. Ponnos una copa, Carlos, y prométele que volveré del baño. Se levantó y me lanzó un beso y reconocí cada uno de aquellos ojos que abandonando sus mesas se lanzaban al camino firme que iba dibujando su culo. Y allí en la puerta del baño, un portazo cegador. Ahora todo era eterno, un tiempo más que razonable para divagar. La llamaban la calle del amor, aunque ella sola era capaz de decirte que existían allí todos los locales necesarios para encontrar a una mujer e invitarla a una cerveza, una cena y una copa antes de llevártela a casa, aunque no necesariamente en ese orden. Yo sólo quería agarrar a una tía, y por qué no, prometerle cosas, esas cosas con las que jugar un poco. En el fondo es buena chica, amigo, pero nunca te dirá su nombre. A éstas las invito yo. Y antes de que contestara, Carlos movió sus dos cejas y me hizo mirar hacia el baño. Las líneas de las baldosas se intercalaban con sus pasos. Y ella, al llegar a mi lado dijo, sácame de aquí y no preguntes.

Cada tarde, frente al espejo prometo escapar de esta vida e imagino otra distinta que se dibuja allí mismo. Aquí, ella no tiene nombre y me habla, a su manera. De vez en cuando, me mira en una pausa alargada, asiente y parece que en su mirada se abre una grieta por donde comienza a expulsar todo aquel amasijo de ideas estancadas en su cabeza, atrapadas, enfangándole la vida.

La agarré con dos borrachos a la puerta del local. Un silbido, unas miradas y dos palabras mal puestas. Y otra vez fue esa mano la que volvió a soltar mi brazo e hizo parar a un taxi. Dije el nombre de una calle y la tangana acabó. Los tenía controlados. Los tenías controlados. Me plantó un beso en la boca, de esos que cuando te enganchan te hacen recordar tu vida. Se detuvo en los catorce años y me miró y yo la miré. Tal vez porque no dije nada volvió a besarme en la boca. Y cuando el taxi paró, tenía treinta cuatro años, las palabras enganchadas y su mano bien sujeta. Aún no me has dicho tu nombre. No vuelvas a preguntarme, ¿es aquí donde vives? Súbeme antes de que me arrepienta. Ella dejó caer su abrigo en el sofá del salón. Y aquí también las baldosas volvían a tener esas líneas con que intercalar sus pasos. ¿Cómo se llamaba ella? En la habitación tienes un baño, ¿quieres tomar algo? Sigues con tus preguntas. Y en tan sólo un parpadeo se le cayó su vestido.

Cada tarde, frente al espejo, ella me mira a los ojos, entiende, siente, comprendo. Reconozco ese boceto inacabado que con el tiempo pierde su fuerza, su intención, su voz, e incapaz de completarse, se va eliminando a si mismo.

Tenía un cuerpo perfecto, de esos que al comenzar a mirarlo descartan cualquier preámbulo. Podía haberlo dicho todo pero no me salió nada. Sólo una respiración profunda que, para intentar calmarla, dejé caer sobre su cuello. Desde allí fui resbalando con la ayuda de sus manos. No sé si miro hacia arriba. Yo sí que miré hacia abajo y apretando mi nariz en ella, me agaché, la respiré hondo y me arrebaté la camisa. Después le regalé el tiempo para tirar de sus bragas. Ella cerró sus dos manos queriendo arrancarme el pelo. Y mis labios se iban mojando con la prisa del deseo. Sus piernas se le doblaron mientras se me erizaba el sexo. Quise que no se moviera y con las manos abiertas apreté fuerte sus nalgas, casi hasta reventarlas. Para respirarla cerca, para que en mi boca entrara el férreo sabor de su coño. No me sueltes, Pablo. Prométemelo. No me sueltes. No lo haré. Te lo prometo. No quiso que yo siguiera y me empujó hasta que caí al suelo. Y como un animal sediento se lanzó entre mis dos piernas. Una mano me apretaba el pecho, la otra se cerró en mi polla como marcándose un límite para el tacto de sus labios. ¿Vas a decirme tu nombre? Ella sólo levantó la cara y no sé qué es lo que dijo porque en ese mismo instante subió un calor por mis piernas y otro bajó por mi espalda tan rápido que al encontrarse me tensaron todo el cuerpo y hallaron el lugar perfecto para escapar y abrazarse sobre aquel rostro sin nombre. Cuando ella salió del baño yo fumaba en la ventana. Se acercó, y sin decirme nada, me cogió fuerte del brazo. Cuanto te debo, le dije.

Cada tarde, frente al espejo, antes de ir al local, me libero de este encierro, que es como una tara que me impide expresarme, un lugar común que, lejos de definirme, me va ensuciando hasta casi borrarme. Aquí, me liberan los silencios. Aquí no es necesario gritar para entenderme. Aquí se van todas estas manchas, esas que la vida te pega al cuerpo como queriendo anularte. Aquí soy capaz de limpiarlas con mis alas, llenas de plumas falsas, hasta deshacerlas y son sus silencios los que entre lágrimas me dicen que moriré en el suelo, con el cuerpo bien pegadito a la tierra, a mi tierra. Esa que dejé atrás y que tan a menudo sueño, extendiendo un camino desde mi corazón hasta el cerebro y que, de nuevo, me lleva a ver todas las cosas que fueron, mis cosas. Cada tarde, estiro mi mano para intentar tocarme y acordarme de mi nombre. Cuanto te debo, me dice. La imagen es clara ahora.

Agarro su mano. La agarro fuerte. Le he hecho una promesa, una más, pero sé que ésta última no voy a poder cumplirla. Tampoco ella cumple la suya. Y mientras cae al vacío, no puedo gritar su nombre.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Ancho mar de los sargazos *


Las algas trepan por mis piernas y me sostienen. Estoy flotando adormecida. El agua me abraza y la costa no existe. Solo estas plantas que se me enredan.
El mar piensa por mí y me dice: sin viento, no puedes nadar. Aquí es donde te quedas.

Esqueletos de barcos a mi alrededor. Madera gris fosilizada.
En el agua flotan las mejores fotografías de las caras de todos los ahogados del mundo. Tienen los ojos cerrados y me sonríen con sus bocas de mármol gris, como sepulturas de reyes antiguos.
Yo quiero tocarlas, quiero convertirme en estatua marina, quedarme con ellas, varada sin banco de arena, náufraga sin isla, enredada en este refugio de lazos viscosos que me acarician los tobillos, cansados de andar.

Quiero perderme aquí, en la quietud de alguna coordenada desconocida que nunca nadie escribirá en un mapa.
Quiero enmarañarme en esta calma de velas sin viento, de viajes sin brújula.
Donde todo huele a sal, donde todo sabe a mar y solo oigo el fresco chapoteo de mis pies, a lo lejos.

Podría buscar mis huellas en ese camino de arena por donde vine andando, o el ancla del barco que me trajo hasta aquí.
Buceo con mis ojos abiertos y blancos, pero tampoco encuentro bajo el agua ese trozo de tierra que me une al continente.

Intento arañar con mis uñas el agua de la superficie. Mi piel está llena de cortes y mi sangre se mezcla con el mar, dentro y fuera de mi cuerpo. Si pudiera sumergirme hasta el fondo cogería un puñado de arena de lo más profundo y con cuidado lo introduciría en mis heridas abiertas, para cerrarlas con esos filamentos marinos que me rodean. Para coserme a este mar en calma. Para formar parte de esta locura.

Mis ojos están ya llenos de gaviotas líquidas.
Mis pulmones, de silencio y espuma.


Lacancióndepabloes: La Marea, de Vetusta Morla.

*Ancho mar de los sargazos es el título de una novela de Jean Rhys que habla sobre Antoinette Cosway, la loca del ático de la novela de Charlotte Brontë, Jane Eyre. Este relato es para L.

sábado, 8 de marzo de 2008

jueves, 6 de marzo de 2008

Dormir y soñar. La canción de Pablo

El hombre en la luna

Nació cuatro años antes de tiempo pero la luna es su signo. Ya lo decían sus padres cuando le veían pegar la nariz a la televisión en blanco y negro, una de las pocas que había en el pueblo, mientras se oían las voces entrecortadas y las rayas envolvían el alunizaje en brumas de película de clase B. Y quería llegar igual de lejos, allí donde todo es posible

La gente feliz brilla

Cuando pasea por los caminos helados de enero o trabaja en el campo, recogiendo aceitunas, se siente feliz, se agacha y coge un puñado de tierra, la huele, mezcla de humedad y vida oculta, juega con la textura que araña y cruje. Y aunque hoy el aire lechoso esconda el sol, no importa, tarde o temprano siempre vuelve.

Molinos y gigantes

La política corrompe, te eleva por encima de todos y te olvidas de ellos, del futuro que querías, de lo que buscabas, eso si no te encuentras con un idealista, caballero de Castilla la Vieja dispuesto a cambiar todo lo que falla, o lo que pueda, al menos, sin dolor, suavemente. Aunque alguien dijo que todo el mundo hace daño alguna vez, él nunca lo hará deliberadamente. Los espíritus, esos que nadie más que él puede ver, están de su lado. Nunca menosprecies al adversario pequeño.

Canción sin título número 11

Enciende la radio, y escucha con atención, manos largas sobre pianos o púas rasgando guitarras, un océano en que bucear en busca de nuevas pasiones. Las ondas le envuelven y los trabajos se olvidan, quedan trozos de veranos, montañas, escenarios y gente bailando, pasado y futuro se funden y cuando la música cesa, la magia sigue creciendo en su cabeza

Mapas y leyendas

Miro el mapa con ojos de ingeniero urbanita, veo carreteras y ciudades, asfalto y hormigón y de pronto mis ojos se paran en un punto minúsculo dentro de una mancha verde, allí donde una carretera que parece que no va a ninguna parte da una vuelta en herradura y vuelve al punto de origen. Y miro más lejos, me imagino la Fuente del Almendro, los puentes de piedra sobre aguas de fondos nítidos o las fogatas para asar las castañas, cortejos fúnebres que unen a todo un pueblo aunque espadas de hielo bordeen el camino y leyendas que me gustaría conocer.

Sitios distintos

Los miércoles son especiales. No importa lo que seas fuera de clase o del bar, aquí solo somos amigos diferentes charlando y riendo, en busca de un abrazo, bebiendo vinos o cerveza, pidiendo comida como si lleváramos días de ayuno, por favor, que algo sea sin gluten, por sitios de Malasaña que nunca había pisado. Las confidencias pelean unas con otras, se hacen un hueco, y fraguan en cemento irrompible. Las rosas nocturnas tardan semanas en marchitarse y recibes regalos inesperados, aunque la mala memoria juegue malas pasadas: A veces una caja de CD vacía vale mucho más de lo que parece….