El 19 de abril murió el inspirador de mi blog (o al menos de su título). Pocos autores me han transportado a otros lugares con la precisión de James Graham Ballard. Lugares que estaban en este mundo pero a la vez tenían la magia de lo desconocido o irreal ya fueran la playa desquiciada de Vermillion Sands, un macro rascacielos o los suburbios de Londres. En los años sesenta, cuando eso del cambio climático ni existía, ya escribió “La sequía” y “El mundo sumergido”, cataclismos naturales que hoy quedan mucho más cerca. La distopia era su terreno y lo desarrolló tan perfectamente que el diccionario Collins incluso introdujo el término “ballardiano”*. Sus libros podían ser profundamente pesimistas sobre la esencia del hombre y su futuro, pero casi siempre querías estar en sus escenarios y vivir esas experiencias, volar o remontar un río en África, incluso hacer el amor en un coche a punto de estrellarse. El niño obsesionado por los aviones de “El imperio del sol” nunca dejó de volar, más lejos y más alto. El mundo hoy es un poco más gris. Espero que donde quiera que esté, continúe con su “Compañía de Sueños Ilimitada”.
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En memoria de J.G. Ballard (1930-2009)
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*"(1)Referente a James Graham Ballard (J. G. Ballard; nacido en 1930), novelista británico, o a su obra. (2) Que se parece o sugiere las condiciones descritas en los relatos o novelas de Ballard, esp. la modernidad distópica, los desoladores paisajes creados por el hombre y los efectos psicológicos del desarrollo tecnológico, social o ambiental"
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3 comentarios:
A Ana García Mañas le mola esto.
y a mircea
y a mí.
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