Se quemaban despacio.
Desde la primera vez se quemaban.
En las tardes de cortinas naranjas se buscaban por debajo del miedo,
escudriñando los pasos de la muerte.
El usaba palabras, buscándole los pliegues de la rabia.
Ella, le regalaba el sueño de la estación vacía
con los cristales rotos al abismo.
Después, solo silencio
y el aliento compartido de sus bocas.
Los cuerpos trepándose con furia detenida, con esmero.
Y en el instante en el que el tiempo estalla,
peinar la cabellera de la muerte
y arder despacio hasta la extinción.
Para entonces, ya la hoguera devora el Paraíso.
domingo, 18 de noviembre de 2007
SE QUEMABAN DESPACIO. PALOMA
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Paloma G. Poza
viernes, 16 de noviembre de 2007
La muerte y la doncella
A ver que tal con los cambios....
Rozaré tu espalda cuando no mires
Agujas de acero despertarán tu cuello
Escalofrío oculto en sábanas rojas
Buscarás el aliento derrochado en bruma
Las voces eternas intentarán mecerte
Mentiras que intenten cerrar la sima
Rastrearás la luz en los ojos cerrados
Nariz envidiosa, perfume ausente
Las grietas del alma se harán agua
Perforaré tu herida, mano helada
Con impaciencia hilaré la espera
Y quizás sientas miedo, dolor o furia
Pero yo te he escogido
Y aunque los otros te sientan fría y tierra
Conmigo serás fuego y muerte
Christine
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