lunes, 6 de junio de 2011

Cronómetro 12:00


He planeado vivir mi muerte: lo he deseado a oscuras, lo he suplicado con vergüenza y con culpa. Cada mañana me he arrepentido.

No consigo no imaginar. Simplemente. Morir y sin embargo, estar. Sentir la muerte, vivir ese acabarse. Simplemente. Conseguir permanecer así.

Pero mi cuerpo no deja que me engañe. Ese cuerpo que me pide y me traiciona. Su calor, su latido, el insoportable parpadeo que me recuerda que todavía soy.

Mientras tanto, construyo en mi cabeza la historia: La falta de frío dentro y fuera de mi piel. La palidez de la sangre que se deja llevar.

Y el cese de la respiración me permite escuchar otros sonidos: El mitológico crecimiento de las uñas. El lento hundimiento de los ojos. El no-movimiento:
el principio.

3 comentarios:

L.C. dijo...

...y ya no hay miedo.

Aña dijo...

Esto seráun "vivir la vida" o no será!

Viajes y encuentros dijo...

Ofelia, el amor y la muerte