jueves, 20 de agosto de 2009
jueves, 13 de agosto de 2009
Botones
Ni antes ni después, ni luego ni mas tarde, (eso debe de ser de Andrea).
Cambiamos las cosas a nuestro antojo, ni siquiera sabemos como se nos quedan prendidas...como si la piel del alma fueran los garfios del velcro que lo van dejando todo adherido.
Uno no elije, le viene luego, en el vacío, en los ratos de oscuro..-persianas bajadas-luz en puntos suspensivos-ruidos del parque, horas muertas; ahí si , ahí estas atrapado en el mes de agosto, en la calma chicha de océano muerto,-libros de los cinco-bocadillo de salchichón de vic, del rosa con lunares blancos.el tiempo es una franja horaria interminable, donde día y noche son accidentes que apenas se diferencian entre los fósiles de los teléfonos muertos, los amigos muertos, los propios muertos, el propio muerto que uno lleva dentro que pugna por salir.- Sandía, madre, terraza.Agosto, como el tiempo, es más horizontal que vertical, hay una nausea extraña, desnuda, dócil lomo de gato que acaricio en el esófago:esa sensación de bucle en que se permanece atrapado agosto tras agosto; tedio tras tedio.Y los botones, (acabo de recordar que eso fue de Pablo)-bocadillos de salchichón de vic con fósiles de lunares grasos y blancos- los cinco que me llaman por teléfono:-Ring, ring -(aunque los teléfonos no suenen así hace ya mucho tiempo)y ahí esta la vieja foto con un agosto diferente del que ya no tengo memoria, o si...con mis pies pequeños sobre la sonrisa del bañador negrobouquetdefloresdemimadre con un bocadillo blanco y negro entre mis manos, con una piel blanca y negra sobre mis manos, con un silencio blanco y negro lleno de polvo de agosto tras agosto...Sandía, terraza, madre..........bocadillo de Vic,lunares blancos, pequeños botones blancos de una bata que salía, pero eso fue en el mes de mayo, cuando las imágenes se invertían pequeñitas en un gotero que lo invertía todo , gota a gota de color azulado.Cuando el bañador negrobouquetdefloresdemimadre lo habían cambiado por una bata extraña de lunares azules sin botones blancos como una loncha de salchichón de vic extremadamente pálido que yo veía en un gotero invierte todo irse desangrando, gota a gota. Lunar, a lunar como una lluvia insomne de botones blancos.Los botones que sirven para prender, para sujetar, como zipper suspensivos que atan unas partes a otras en nuestra memoria.Hoy he pensado en los botones, sin agujero con uno, con dos, con cuatro, he recordado la lata del aparador que contiene miles de ellos, una cebra cuadrada color verde musgo con listas doradas.He pensado en papá, en la esquina del cuarto, en el camisón de lunares, en el salchichón de vic, en mi exceso de botones.En los ojos como botones en blanco, que colgaban del hilo desprendido lentamente por los goteros azulados.Cambiamos las cosas a nuestro gusto como en las cajas de botones, ...nos las inventamos
martes, 11 de agosto de 2009
LA FLOR DE LA CANELA
Eran tres y entraron corriendo al vagón. Miraron a uno y otro lado para cerciorarse de que no había ningún vigilante e inmediatamente se pusieron a tocar. Guitarra, bombo y quena. Aunque no era una hora punta, el metro iba bastante lleno y los absurdos sombreros de mariachi que llevaban eran algo más que un estorbo. Entre San Bernardo y Noviciado se paseaba “La flor de la canela” ante la más absoluta indiferencia de los viajeros que a juzgar por la impasibilidad de sus caras, se habían quedado repentinamente sordos. Seguramente hubo un error de cálculo, porque cuando aún estábamos con los jazmines en el pelo, el tren se detuvo y los tres se bajaron tan atropelladamente como habían subido, sin tener tiempo para las rosas en la cara ni para pasar uno de los sombreros ante tan apática concurrencia. Seguramente se evitaron una decepción. Afuera era noviembre y llovía