jueves, 19 de febrero de 2009

Poética


Me gustan los relatos breves, me siento en el autobús por las mañanas y el fluorescente desaparece, de repente floto en el mar de los Sargazos, me arruino en el Bingo Paraíso o acaricio la nuca de María Antonieta. Es sólo un momento, una sensación, pero al fin y al cabo los días que recuerdas haber vivido son sólo instantes en que fuiste feliz o te hicieron daño, imágenes que quedaron impresas y que casi siempre mienten. Pinceladas de estampa impresionista.

No está el cuadro completo, sólo se entrevé un universo y se cierra la puerta de un portazo, el escalofrío, el calor o la furia siguen pero tendrán que crecer en otra cabeza y los personajes, si el lazo de la caja no es demasiado fuerte, terminarán haciendo lo que cada uno piense que deben hacer, quizás el gato-cobaya se escape o suene el teléfono por fin, esto no es una novela, es un cuento.

Algo que he sentido o querría vivir, un lugar imaginado, una conversación que nunca existió, explotan en el papel y vuelan mas allá, donde quieras llevarlos, ahora es tu trabajo, yo ya me he liberado, he bailado, he jugado o he besado y seguramente habré mentido. Mi tía bisabuela sorda no fue repudiada porque yo lo he decidido así, la historia se reescribe y se bifurca, sigue su camino y veo cómo se aleja.

Hoy algo distinto está creciendo justo en el hueco vacío, ahí donde el atlas sostiene mi cabeza, y cosquillea, se retuerce. No sabe hacia donde irá cuando abandone la nuca, si acabará riendo o clavando un cuchillo. Sólo sabe que tarde o temprano necesitará salir.


Pero ese es otro cuento.

jueves, 12 de febrero de 2009

Poética

Sumergirse e invisibilizarse
Nudos y entrenudos atrapan junto anzuelos y aguijones. Al soltarse, envuelven de nuevo. Desde la oscuridad rastrear las caras, los olores, la luz de sus rostros, la sombra de sus mutilados cuerpos.
Pasado el primer momento, sólo esta el recuerdo, la sensibilidad se transforma en olvido.
Escapar y serpentear con precaución, lentamente hacia lo alto de la colina iluminada en la noche por la lámpara del faro.
Irse vaciando.
En cada respiración desprenderse de la piel que recubre las heridas y envejecida se amontona en la cuneta formando figuras de polvo
Serpentear y avanzar renovándose en cada golpe de luz.
Quedarse dormida.
Soñar y regresar al camino.
Al alba la luz deja de girar .La nueva piel protege del viento
Ya no recopilo
Ya no acumulo
Solo tengo el papel en blanco

sábado, 7 de febrero de 2009

Los hilos